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martes, 19 de mayo de 2015

EL CASO

Abrió el libro por la página marcada tras haber estado aireándose del caso que le
habían asignado esa misma tarde. Se encontraba exhausto pero, debía seguir
buscando el culpable ya que este no podía quedar impune. Así que, se lavó la
cara agobiado por la complejidad del problema, y en el mismo instante que se
disponía a continuar, su madre entró por la puerta gritándole a Daniel que le
había comprado sus galletas, quien con voz ronca se giró y le gritó a su perro
que le miraba atónito: “¡Nos las volveremos a ver!”. Recogió su juguete y fue a
recibir a su madre a la entrada.

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