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lunes, 18 de mayo de 2015

“NOCHE DE VERANO”


Abrí el libro por la página marcada​, pero, tan pronto como lo hube abierto, volví a cerrarlo.

El calor sofocante de la noche de verano no me dejaba concentrarme en la lectura. Ni en la

lectura ni en ninguna otra cosa. Y como cada vez que hace calor, me daba la sensación de

que jamás en la Historia de la Humanidad había existido un día tan caluroso como aquél.

Pero lo peor no era ya el día, sino la noche: Horas y horas sin conciliar el sueño; sudores,

sofocos...Quieres dormirte ya, para que pase el martirio. Pero no puedes. Aquel día era de

aquellos.

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