Etiquetas

lunes, 25 de mayo de 2015

EL CASTILLO

Abrí el libro por la página marcada... curioso, pues el libro se encontraba en la sección prohibida. Era de noche, se oía de fondo el ulular de la lechuza rompiendo el silencio. De repente... una mano agarró con fuerza mi hombro. Mi padrastro me miraba con desprecio. Me condujo a través de pasillos del castillo que parecían interminables. No sabía bien a donde me llevaba porque el único que realmente conoce la casa a la perfección era él. La sala a la que llegamos no era muy luminosa. Su única iluminación era un haz de luz de luna que atravesaba la habitación. Había pocos muebles: una estantería, una mesa y un par de sillones. Me interrogó. Lo único que salió de mi boca fue un tenue “el título me llamó la atención”.

EL DIARIO

Abrí el libro por la página marcada por un marcador de páginas en esa página marcada encontré unos textos escritos que me advertían para que no siguiera leyendo pero yo no hice caso y seguí leyendo , empecé  a leer esa especie de libro que parecía más un diario . Al principio no había nada raro pero seguí leyendo y encontré como unos ritos malignos que parecían del demonio de repente sentí como una parte de mí se consumía y poco a poco fui poseído por el diablo. Nunca más se supo nada más de él.

martes, 19 de mayo de 2015

EL CASO

Abrió el libro por la página marcada tras haber estado aireándose del caso que le
habían asignado esa misma tarde. Se encontraba exhausto pero, debía seguir
buscando el culpable ya que este no podía quedar impune. Así que, se lavó la
cara agobiado por la complejidad del problema, y en el mismo instante que se
disponía a continuar, su madre entró por la puerta gritándole a Daniel que le
había comprado sus galletas, quien con voz ronca se giró y le gritó a su perro
que le miraba atónito: “¡Nos las volveremos a ver!”. Recogió su juguete y fue a
recibir a su madre a la entrada.

ROMEO Y JULIETA

Abrí el libro por la página marcada, ya había anochecido y solo se oía la
triste llamada de un hombre malherido. Intenté leer pero sus sollozos no
me daban paz alguna para ello, entonces salí al balcón y le vi. Ahí estaba
como todas las madrugadas gritando mi nombre sin voz, sin luz, apagado.
Pero mi deseo por él saltó a la luz, ya estaba cansada de no desearle
puesto que era mi vida, mi razón de ser… y fui a su llamada. Como Romeo
para su Julieta, como  su corazón para mi alma. Y ahí estuvimos toda la
noche… amado con amada.

' Recuerdos '

Abrí el libro por la página marcada, esa misma que estaba desgastada por el paso del tiempo. Hacía ya mucho que el libro permanecía cerrado y todavía no me había atrevido a volverlo a abrir. Tenía miedo, estaba aterrado.
Sabía que en cuanto lo abriese renacerían los recuerdos y flotarían de nuevo mis sentimientos. Y aunque era consciente de que no debía hacerlo, te quería tanto que no podía dejarte archivada, encerrada en un libro lleno de  polvo. Necesitaba recordar que existías. Por eso, desde aquella noche siempre leo mi página favorita. Tú

Esa historia tan cautivadora

Abrí el libro por la página marcada y me acomodé, si es que eso era posible, en ese banco de madera duro y frío, que entumecía cada hueso del cuerpo. Era la hora de introducirse de nuevo en esa historia tan cautivadora. Cada vez que pasaba una página me detenía a ver la porción de libro que quedaba sin leer, y muy a mi pesar, se consumía hoja tras hoja. Cual adicto a su droga, en este caso la lectura, necesitaba cada vez más, y ya no importaban las miradas acusadoras de la gente que pasaba a mi alrededor. Allí solo estábamos: el libro, el incómodo banco de madera y yo. Hasta que el puntual marca páginas me indicó el último párrafo.
Abrí el libro por la página marcada, pero las palabras habían desaparecido. En su lugar, habían aparecido una serie de signos en un lenguaje incomprensible. Estuvimos varios días intentando descifrarlo y puesto que no pudimos descifrarlo, lo llevé al Distrito Trost donde vivía un conocido mio, Cheshire. Él conocía mucho sobre lenguajes antiguos de civilizaciones extinguidas. Tardó menos de lo que esperábamos y en menos de tres días habiamos recibido el paquete de Cheshire, y lo que creíamos que era un codigo, resultó ser un mapa que nos dirigía hacia la parte este de nuestro distrito, la casa de los espejos...