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martes, 19 de mayo de 2015

Abrí el libro por la página marcada, pero las palabras habían desaparecido. En su lugar, habían aparecido una serie de signos en un lenguaje incomprensible. Estuvimos varios días intentando descifrarlo y puesto que no pudimos descifrarlo, lo llevé al Distrito Trost donde vivía un conocido mio, Cheshire. Él conocía mucho sobre lenguajes antiguos de civilizaciones extinguidas. Tardó menos de lo que esperábamos y en menos de tres días habiamos recibido el paquete de Cheshire, y lo que creíamos que era un codigo, resultó ser un mapa que nos dirigía hacia la parte este de nuestro distrito, la casa de los espejos...

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