Solo pude mirar hacia atrás para echar una última mirada a mi hogar destruido por el tornado, un ser despiadado que no tiene piedad con nadie ni con nada. Y con ese recuerdo del pasado lo único que podía hacer era mirar hacia delante y seguir caminando después de haber perdido todo lo que quería.
Era el momento de continuar, de empezar de nuevo, de ayudar y ser ayudado, y de olvidar. Pero a la vez de tener presente a los que se han ido sin avisar, sin decir un último adiós, sin una despedida final, sin ese hasta luego.
Todo por esa “naturaleza” que crea y destruye la vida sin preguntar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario