Solo pude mirar hacia atrás…
Era un día normal: me desperté como todos los días, me duché, desayuné, etc.; pero cuando fui a entrar en mi coche vi una carta que decía:
11-10-12
“Ya sé cómo han matado a tu padre. Si quieres saberlo ven a la plaza de Los Luceros y verás a un hombre sentado en la fuente con un sombrero y leyendo un periódico”
Anónimo
Aquello me llamó la atención y fui. Aquel hombre me contó que lo habían matado unos asesinos contratados por el jefe de la empresa rival.
Fui a visitarlo y me dijo que él no sabía nada y que le dejara tranquilo.
Yo empecé a sospechar e investigando encontré que más de una vez lo habían acusado de contratar asesinos para matar a gente, pero nunca tenían suficientes pruebas para culparle, por lo que siempre quedaba libre.
Como yo tampoco tenía suficientes pruebas para acusarle, no tuve más remedio que mirar hacia atrás e ir a visitarle y matarlo yo mismo.
Por eso estoy en este juicio, porque solo pude mirar hacia atrás y vengarme de lo que le habían hecho a mi padre.
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