Etiquetas

lunes, 9 de mayo de 2011

JESÚS ANTÓN

Solo pude mirar hacia atrás, cuando escuché un ruido a mi espalda, como si de una puerta oxidada se tratase, o un gruñido, pero nada, nadie detrás de mí, en cambio aquel terrorífico estruendo no cesaba, es más, seguía en aumento. Asustado, comencé a correr, no sé hacia donde, simplemente huía. Necesitaba escaparme por las oscuras y vacías calles de Fuente del Castro. Finalmente llegué a un callejón sin salida y la silueta gigante de un lobo se me acercó rápidamente y lo último que vi fue su zarpa golpeándome mi cara. Todo estaba negro.

Me desperté en una cama, atado de pies y manos, sin poder moverme. Delante de mí se encontraba aquella terrible criatura que me miraba con sus ojos ensangrentados, turbios. Se me estaba aproximando cuando una mujer entró por la puerta. Intenté pedirle ayuda pero la bestia había desaparecido. La señora, vestida con ropaje blanco, me dejó una bandeja de comida a mi lado. Intenté hablarle pero ella reaccionó como si no existiese. Tras largarse de la habitación, me di cuenta de que estaba en un psiquiátrico, de que todo fue una ilusión, de que aquello que me ocurrió ayer fue mi descenso a la locura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario