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domingo, 15 de mayo de 2011

ÁLVARO SUREDA

Solo pude mirar atrás una vez había perdido de vista a mis enemigos, los cuales una vez apresado a mi amigo le degollaron. creían que les habíamos engañado a la hora de compararnos la cocaína , ya que creían que tan solo eran polvos de talco, se equivocaban era cocaína recien traída de Colombia. como iba diciendo después de descansar y tomar algo de aire unos instantes, saque el paquete de tabaco y me encendí uno, el alivio que me produjeron esas caladas es indescriptible, tenia que pensar como vengarme de la injusta muerte de mi compañero. una vez finalizado el pitillo, me dirigí a mi casa, cogí el revolver que me regalo mi padre el día de mi cumpleaños y volví a la escena del crimen. una vez delante de ellos apunte y dispare, en aquel momento ocurrió lo peor, no podía ser cierto mi madre me despertó, tenia que ir al colegio.

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