Etiquetas

martes, 10 de mayo de 2011

VÍCTOR PARRA

Solo pude mirar atrás, todo había perdido su sentido, no comprendía como llegue a esa situación, yo le quería... No entendí como fui capaz de actuar así, tras esas noches de golpes, de sabor amargo a JB en la boca, de los gritos, de los llantos de los niños.

Nunca podré entender aquella situación, todo me daba vueltas.

Todo empezó como todas las noches, con la cena preparada en la mesa, los niños durmiendo y la estrepitosa llegada con sabor a ron, un dia duro de trabajo que acostumbraba a terminar en la tasca solo. Esta vez la cosa sabia que empeoraría, tras más de un aviso policial, sabíamos que los golpes y los gritos continuarían... pero no... no sabia que ésta seria la última vez.

El sonido de las llaves penetrando la cerradura, atemorizaba a todos los vecinos y sobre todo a los niños.

Todo iba bien hasta el momento en que se sentó a la mesa y la cena resultó que se había quedado fría. Los gritos derivaron en golpes, los golpes hicieron que los niños se levantaran y acudieran a mi defensa. Un destello aclaró todas mis dudas, el reflejo del cuchillo situado sobre la mesa, lo cogi y todo quedo en silencio.

Nunca entenderé de donde saque las fuerzas para matar a mi marido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario