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martes, 10 de mayo de 2011

MIGUEL SARABIA

Solo pude mirar hacia atrás, hacia las rejas de mi celda, cuando oí, ese espantoso chillido que provenía de la celda de enfrente, era medianoche , había una disputa de compañeros de celda ,la 231 ; los guardias se apresuraron hacia dicha celda , abrieron la puerta , ahí estaba James, tirado ,ensangrentado sobre el suelo , su compañero estaba tumbado sobre la litera de arriba ,con las ropas ensangrentadas mirando al techo.

Pasada la noche, nos reunieron a todos en las duchas, en esta ocasión también fue el alcaide, Marcus, era un tipo enano y regordete, siempre iba con un puro en la mano dando pequeñas bocanadas; nos hicieron quitarnos la ropa, para que nos sintiéramos inferiores y desprotegidos.

Tras preguntar uno por uno, descubrieron que ellos mismos habían cometido un fallo juntando a un hombre de color con un nazi. Durante la comida, los negros se pusieron de acuerdo para atacar a los nazis, con rollos de papel mojados, que durante unos días dejaron secar y se endurecieron como porras , lo del asesinato nada mas que era la chispa de lo que podría llegar esa misma noche.

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